Las doncellas como tentación

Solapas principales

En él cuarto capítulo del PV de la versión de Sam Colop hay una escena en la que Ixtaj e Ixpuch’, dos doncellas hermosas y un tanto sumisas, son enviadas al río por los hombres del pueblo para tentar a Tojil, a Awilix y a Jaqawitz con el fin de vencerlos. Sobre los nombres de las doncellas Colop explica que “En El Título de Totonicapán (Carmack y Mondloch, 1983: 180), se proporciona un tercer nombre: Q’uibatsunjá. De hecho estos nombres quieren decir: ixtaj, “niña”, en kaqchikel; ixpuch’, “tierna” en k’iche’ como cuando una fruta todavía no está madura. El marcador femenino en ambos casos es ix-. Ahora bien, con respecto al tercer nombre de estas jovencitas, comparto parcialmente el criterio de Recinos (1953: 209); aunque en lugar de traducir “la bien arreglada o acicalada” soy del criterio de traducirlo literalmente. Esto es: “ramilletes de agua”, análogo a batz’un kotz’i’j, “ramillete de flores”; es decir, en los tres nombres se está expresando: niñez, inmadurez y frescura” (Colop: nota 275, 240).

Según la explicación de Recinos los nombres de las muchachas pasarían a denotar lo siguiente, "Ixtán es muchacha en cakchiquel. Ichpoch significa muchacha también en náhuatl, según Brasseur. El Título de los Señores de Totonicapán agrega una tercera joven a quien llama Quibatzunah (la bien arreglada o acicalada). Es más lógico creer que la misión que despacharon las tribus se compusiera de tres sirenas, puesto que los dioses a quienes se trataba de seducir eran también tres" (2012: nota 4, 177). Entonces, se nota una variación en la traducción de Colop y Recinos con relación a la presencia y el significado del nombre de la tercera doncella. Mientras que para Colop la tercera doncella sirve como una manera de expresar la “niñez, inmadurez y frescura” por medio de las características de cada una de las doncellas, en el caso de Recinos la información proveería una explicación lógica sobre la cantidad de personas involucradas en este episodio.

Cuando los Señores del pueblo mandan a las doncellas a tentar a los de Tojil les advierten que, “Si ellos desean poseerlas de veras, entréguense a ellos. Y si ustedes no quieren entregarse, las mataremos, entonces (Colop 2011: 153)”. Sin embargo, las doncellas fracasan y también desobedecen el cometido al que habían sido enviadas ya que no son poseídas y además confiesan la verdad sobre el plan de los Señores del pueblo y por eso vuelven con lienzos preparados por los de Tojil para probar que hablaron con ellos.  “Era como la prueba de la transgresión [de las deidades] para los Señores. Fueron extendidos, entonces, los lienzos por parte de las doncellas. Uno, lleno de jaguares, Otro lleno de águilas y el otro, con enjambres de abejorros, de avispas, lo pintado en los lienzos” (Colop 2011: 156).  Al final, es por medio de los lienzos que los Señores de los pueblos son vencidos.

Sin embargo, cabe aclarar que los Señores buscaban algo en concreto al enviar a las doncellas a tentar a los de Tojil. “Lo que ellos querían era que los de Tojil hubieran poseído a Ixtaj e Ixpuch’. Que ellos se hubieran vuelto fornicantes, en el corazón de los pueblos: ellas habrían sido su tentación. Pero no se logró esa derrota porque Balam Ki’tze’, Balam Aq’ab y Majuk’utaj eran hombres prodigiosos” (Colop 2011: 157).

En relación a esto Colop explica que, “Esa línea forma un verso paralelo con la línea anterior donde se encuentra inserto el verso paralelo que indentifica a Ixta e Ixpuch’, y se sigue hablando de los de Tojil. No de las doncellas como la gran mayoría de traductores han leído. Se está hablando de las deidades como “fornicantes”. Esta línea es traducida también por Burgess y Xec (1955: 236) como: “y hubieran llegado a ser fornicarios”. Es decir, los dioses, el objetivo a derrotar por los pueblos. De aquí, pues, que ha sido un grave error de traducción a partir de Ximénez, hablar de lo que deseaban los pueblos es que ellas se convirtieran en “rameras”, porque se está hablando de Tojil, Awilix y Jaqawitz. Edmonson (1971: 201) en pie de página dice sobre esta línea que Ximénez, “refiere esto a las jovencitas, pero es seguro que los gobernantes quichés eran los que debían ser seducidos a manifestar una indecente y mágica sexualidad peligrosa”. Por aparte, en el diccionario de Basseta aparece woloqotilaj ixoq como “ramera” y joxol ixoq como “puta”. Esta segunda acepción ha de haber llevado a confusión para atribuirles a las doncellas, una actividad pensada para hacer caer a las deidades” (2011: nota 282, página 242).

Por otro lado, Luz Cobián asegura que el papel de las doncellas es el de servir  como instrumento de manipulación del enemigo por medio de la prostitución, aunque la autora explica que esta es una prostitución forzada y por lo tanto las mujeres en el PV, según ella, cumplen un tipo de labor en el cual ellas desempeñan el rol de “ayudantes forzadas”. Más adelante la autora explica que, “La implicación última aquí es que el tener relaciones sexuales con una mujer es un modo de debilitarse, de hacerse vulnerable. En efecto, según Recinos, esta es una creencia de los maya-quiché” (1999: 102-103).